14 junio 2022

RESEÑA: Jorge Nunes & Los Full Time Fools (CR1022, 2022)


Mientras el mundo empieza a moverse con paso inseguro dentro de esta nueva etapa pospandémica que parece condenada a seguir el ritmo marcado por la incertidumbre, el sello barcelonés Carajillo Records ha materializado a 33 revoluciones por minuto una de las mayores alegrías sonoras de los últimos tiempos: el primer larga duración de Jorge Nunes & Los Full Time Fools, formación paralela a Brioles en la que el pianista Andreu Ros se une con su instrumento al trío habitual formado por el contrabajo de Daniel Nunes, la batería de Josep María Ruera y, por supuesto, la voz y guitarra del propio Jorge, quien al frente de este grupo de tontos a tiempo completo presenta una generosa colección de poderosas razones que deberían permitirle ser reconocido, por fin, como el mejor compositor de Rock’n’Roll que ha dado este país. ¿Sus credenciales? Un extenso bagaje musical que, unido al profundo conocimiento del estilo en sus principales formas y variantes, le permite alumbrar con absoluta naturalidad melodías que, sin perder su frescura y originalidad, incorporan unas influencias individuales o colectivas tan reconocibles como difícilmente superables.

Aquí, diez temas, cinco por cara, dan forma a un trabajo que, contra lo que casi se ha convertido en norma en estos dos años, no es consecuencia del periodo de inspiración o introspección forzosa que el confinamiento parece haber provocado a muchos músicos. Al contrario, nos encontramos ante un disco que fue registrado en su mayor parte (luego hablaremos de la única excepción) solo dos semanas antes de la declaración del estado de alarma con que se intentó atajar la alta incidencia de contagios por coronavirus, de manera que este inédito período no ha hecho más que retrasar hasta ahora la esperada edición del que es, por otra parte, el primer LP en el catálogo de Carajillo Records y continuación lógica del EP “I’m Movin’”, publicado en 2018 bajo la misma etiqueta y reseñado aquí.

Si bien esa primera entrega en 7” devenía ya en espléndida carta de presentación para el proyecto, una primera escucha de este nuevo álbum permite percibir, de entrada, cómo la banda ha ganado en solidez y consistencia, afirmándose la presencia del piano y llegando en ciertos pasajes a un grado de comunión entre éste y la guitarra que transportan al conjunto a un nivel superior. Esto es apreciable desde el potente tema de apertura, “Cold Chicken”, que acaba convirtiéndose en medido duelo instrumental introducido por una fugaz reminiscencia a Link Wray y despedido con un largo fade out que prácticamente enlaza con el siguiente corte, “Hong Kong”. De aire exótico frenético, al igual que el anterior no desentonaría en absoluto en el repertorio de Brioles, cualidad que volvemos a encontrar en “So Bad, So Sad”, en el que la larga sombra de Bo Diddley se hace presente, y quizá en menor medida en “I Shot the DJ”, fábula hilarante en la que su autor fantasea con tirotear al pinchadiscos de turno “a través del agujero de su último 45” y que pone de manifiesto no solo el cáustico sentido del humor del mayor de los Nunes, sino también sus virtudes guitarrísticas en una serie brillante y contenida de auto preguntas y respuestas que cabalgan sobre una cadencia rítmico-melódica que, a ratos, bien podrían haber firmado Fats Domino o el Professor Longhair.

El contrapunto lírico viene dado en la cara A por “Too Dry To Cry”, lamento sentimental bien construido y mejor ejecutado en el que el piano de Andreu Ros se convierte en pieza clave, al igual que ocurre en el único cover del disco, el “Mama Say Blue” que Larry Dowd grabara en los primeros 60. Aquí con un ritmo más acentuado y un oportuno coro que, junto a la citada preeminencia del piano, marcan la diferencia con el original y justifican plenamente la elección.

La segunda mitad del LP abre con otro notable lamento sentimental que, en esta ocasión, cede el protagonismo al riff principal de guitarra y, sobre todo, a un acompañamiento vocal acertado y apropiadamente resuelto. ¿Su título? Simplemente, “Fool”. Un término bastante recurrente en el imaginario creativo de Jorge Nunes que se repite también en “A Fool Like Me”, procedente de una sesión bastante anterior (los créditos indican que se grabó el 17 de mayo de 2016). Con Berto Martínez sustituyendo a Josep María Ruera tras la batería, tiene un sonido algo más crudo que no ensombrece su calidad ni su clara invitación al baile. A continuación, el breve instrumental “Cuidado con Taco Panza” recupera al alter ego de Homer Simpson para introducirnos de lleno en una atmósfera densa y pesada marcada por los cambios de ritmo que preceden a la recitación de la advertencia que le da título. Soberbia.

Como broche final, “Those Country Songs” relata la tragedia de quien descubre que todas esas canciones country llenas de corazones rotos, noches solitarias y amores no correspondidos se convierten un buen día, y de golpe, en realidad. Un minuto y cuarenta y un segundos de pura ambrosía sonora en la que cada pieza del puzle, desde ese piano juguetón que nos transporta a algún sucio saloon del oeste a unos coros precisos y perfectamente ejecutados, encaja a la perfección y cumple con la difícil misión de dejar al oyente con una inevitable sensación de que el viaje ha resultado demasiado corto. Nada, entonces, como repetir el recorrido. Aunque la edición física está limitada a 300 copias, es posible todavía llegar a tiempo y obtener, de propina, los archivos digitales correspondientes. Para ello, una visita virtual a Carajillo Records resulta necesaria y absolutamente recomendable.


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